Nos veo
siempre cuando estamos sucediendo
al alba del primer atardecer.
Que nuestras palabras vayan tejiendo,
en este poema a la limón,
nuestros recuerdos de aquel primer encuentro.
Te veo y me sonrojo,
me contagio de felicidad y sonríes.
(Vía facebook / 7 bocas)
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